miércoles, 24 de septiembre de 2008

Asi fue, como fue


No digas que fue sin querer,
tu proceder puede no comprobarlo.
No vayas a disculparte
te advierto, ya no hace falta,
No te justifiques,
duele, pero te entiendo.
No me des explicaciones,
a este punto no hacen falta…

Una traición sin intención…

Mil preguntas rondan mi cabeza
¿Por qué?
¿Cómo fue?
¿Fui yo?
¿Fuiste tu?
¿Qué pasó?
¿Qué hice mal?
Ya no quiero pensar
simplemente pasó y así fue…

Otra vez…

Otra vez me encuentro con la “amiga” perfidia
Huiste cual cobarde sin explicación alguna.
Quizás era difícil para ti,
quizás tu pasado te sorprendió
supongo hubiese sido mejor
aclarar para no herir,
aún sin intención.

Es lógico pensar así en tus circunstancias,
pero no muy agradable para quien te acompañaba.

El desconsuelo abruma mi corazón,
la angustia se apodera de mi razón,
mi alma llora con razón,
mi sentidos te extrañan sin condición,
tu indiferencia golpea con desazón.

Hubiese preferido no vivir esta situación
y concluir todo con una conversación
para no recordarte con este ápice de rencor…
…Pero así fue…

¿Será que pensaste como dice una canción?
Es mucho más fácil pedirte perdón que haberte pedido permiso.

Que el tiempo se lleve mis recuerdos,
que el sol seque mis lágrimas
que el tiempo sane mi herida
que la arena borre tus huellas
auque el mar en tiempos la reviva.

Y…
a pesar de todo,
que logres ser feliz…

martes, 16 de septiembre de 2008

Lo que espero de ti

No espero que seas perfecto,
no espero que siempre digas "si",
ni espero que esperes eso de mi...

Espero que podamos entendernos.
Espero que aprendamos a tolerar nuestros defectos
y saberlos compensar con nuestras virtudes.
Espero que confíes en mi.
Espero que estemos allí el uno para el otro en buenas y malas.
Espero que seamos refugio el uno del otro.
Espero que nuestros ataques de mal humor no nos separen.
Espero que siempre, por el tiempo que nos toque compartir,
sepamos ver en nuestros ojos la verdad de lo que sintamos
aunque a veces no lo sepamos demostrar o decir.
Y, espero, que podamos ser inmensamente felices.

Eso espero de verdad...
Y discúlpame si esto no es lo que esperabas,
pero todo lo que dije, lo dije con el corazón en la mano.

Volviendo a sentir


Amor...

No encontré otra palabra que, para empezar, resumiera lo que estoy sintiendo.
Todo empezó una tarde,
un aburrido lunes cualquiera,
me rehusé a seguir mi rutina,
y allé estuvimos tú, mi amiga y yo.


Compartimos espumosas, palabras y un café.

La química se tomó su tiempo,
pero la simpatía mutua no se hizo esperar.
Te miraba y me decía:
"Dios, siento que me gusta."
"¿Qué te pasa sacerdotiza? ¡Apenas lo estás conociendo!"
me repetía...


Por unos minutos pensé que sería una sensación momentánea,
me autoconvencía de que serías uno más de esos que uno conoce,
y todo queda en nada,
porque "Solo le caíste bien, no más",
me recordaba irónicamente...
Hasta que por movimientos involuntarios,
o seguro por la flecha de Cupido,
nuestras caras se miraron muy de cerca,
frente a frente,
cortos pero intensos segundos pasaron ante nosotros,
me miraste, te miré,
compartíamos las ganas de fundirnos en un beso
pero no pasó nada...

Los días pasaron,
y todos ellos uno a uno compartimos.
Te acepto como eres,
me aceptas como soy,
te ríes de mis chistes,
soy paciente con tu mal humor.
Increíbles similitudes nos acercan,
otras tantas diferencias nos recuerdan que somos humanos,
pero aún así tenemos intenciones de querer...

Empatía, hay,
química, llegó,
amor, tal vez habrá,
para siempre, no se si será,
lo único que no evito recordar,
es que desde el día que te conocí hasta hoy,
solo quiero ser mejor...